martes, 14 de junio de 2011

Un bar que huele a incienso

Por fin se recupera la Semana Santa durante todo el año con la apertura de este nuevo Bar, solo lo siento por las Esposas, Novias y Amigas de todos los Cofrades Cacereños, que nos tendran que aguantar todo el año de Semana Santa. Mucha suerte Estaban con el negocio, espero que sea un lugar de referencia en Cáceres para todos los Cofrades.
 
 
Los cofrades ganan peso en la ciudad. La Semana Santa fue declarada fiesta de interés turístico internacional hace apenas dos meses. Se ha puesto en marcha una nueva hermandad, la número 16. Jesús Bravo, ex presidente de la Unión de Cofradías y uno de los fundadores de la hermandad del Amparo, se ha convertido en uno de los superconcejales de Elena Nevado. Es el encargado de coordinar el área de Cultura, Turismo, Juventud y Deporte en el nuevo gobierno del Partido Popular. Y, además, desde el pasado viernes Cáceres tiene un bar cien por cien cofrade, el primero de la capital.
Está ubicado en la calle General Ezponda, a un paso de la Plaza Mayor. Ocupa el local donde estuvo durante ocho años el pub 'Belle Époque'. Y toma su nombre de uno de los símbolos más representativas de la Semana Santa. Se llama 'Cruz de guía', en referencia a la insignia que abre la marcha de los desfiles procesionales.
Su decoración se basa en fotografías de pasos de hermandades cacereñas y de otras ciudades, como la Esperanza de Triana. También hay carteles de Semana Santa y una pantalla en la que se proyectan desfiles de distintos años. Horquillas y costales flanquean sus muros. Son un guiño a la Pasión cacereña, ya que aluden a las dos formas de carga que conviven en la ciudad. El ambiente se completa con el olor a incienso y la música de marchas procesionales. 'Cruz de guía' está regentado por Esteban Mezcua, un ingeniero jaenés afincado en Cáceres desde 1998. Fue uno de los fundadores de la hermandad del Dulce Nombre y, en la actualidad, pertenece a cinco cofradías cacereñas, además de estar vinculado a otras de Sevilla y Jaén.
«La idea es que el ambiente cofrade se mantenga durante todo el año. Quiero que este local sirva para que nos juntemos, hagamos tertulias y escuchemos la música que nos gusta», explica Mezcua. La crisis le dejó en paro y, por eso, se ha animado a poner en marcha un proyecto que llevaba en su cabeza desde hacía tiempo. Ahora ya es una realidad.
Anima a los integrantes de las hermandades y a los apasionados de la Semana Santa a que aporten material propio. Se aceptan instantáneas, grabaciones, composiciones... Una vez inaugurado el local, el siguiente paso será abrir la cocina. El proyecto de Esteban Mezcua pasa por ofertar a sus clientes cañas, cafés y copas. Y su carta de montaditos tendrá un marcado carácter cofrade. Dedicará a cada paso de la Semana Santa un plato. El montadito del Nazareno, por ejemplo, llevará bacon, jamón y lomo.
La ubicación
En ciudades como Sevilla este tipo de establecimientos están bastante más extendidos. Son puntos de encuentro habituales para las cofradías y suelen situarse en zonas de paso de procesiones. El primer bar cofrade de Cáceres está muy cerca de la iglesia de Santo Domingo, sede canónica de dos hermandades penitenciales: la de los Estudiantes y la del Cristo de la Salud. La calle General Ezponda está incluida, además, en los recorridos oficiales de cuatro procesiones.
Por delante de 'Cruz de guía' pasará la próxima Semana Santa la cofradía del Nazareno. Será el Domingo de Ramos con la Virgen de la Misericordia, el Señor Camino del Calvario y el Cristo de los Milagros. Este mismo día también cruzarán esta vía los hermanos de la cofradía del Cristo del Amor con el Señor de las Penas y la Dolorosa Esperanza ante la Caridad del Padre.
El Miércoles Santo será el turno de la Cofradía de los Ramos, que desfilará con el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza. Y dos días después, el Viernes Santo, lo hará la cofradía de los Estudiantes con la talla del Cristo del Calvario. El mundo cofrade tiene un nuevo lugar de referencia en el casco viejo. La hostelería cacereña suma un nuevo exponente

viernes, 10 de junio de 2011

"Ángel Polo, un Galiche en el recuerdo"


Buceando por la red cofrade, no he podido resistir el insertar este escrito de David Remedios Solís, sacado de Alma Cofrade y lo hago como mió porque me identifico plenamente con el.

Gracias David



Lo recuerdo como si fuese ayer. Mi primera procesión de la Madrugada como hermano de carga, tras haber estado varios años llevando el incensario, los ciriales o incluso la cruz parroquial. Por aquel entonces di un estirón hasta alcanzar casi hasta la altura que tengo ahora, y cuando me puse a cargar me tocó ir al Calvario, el más grande y pesado de la noche nazarena del Viernes Santo. En la plazuela, tensión, nervios, alegría también por haber llegado la hora... eran las cuatro de la mañana y los turnos ya se iban haciendo. Yo era un jovenzuelo grande y alto, inexperto en la carga pero con muchas ganas de aprender y disfrutar con el sacrificio de llevar un paso sobre mis hombros. Rezaba al Señor para que me diera fuerzas y también para que no fuese un obstáculo para mis compañeros. Pero fue fácil superar el trance, ya que tuve la suerte de ir a un paso donde los hermanos son enamorados del dolor, obedientes, silenciosos y de una entrega casi marcial. A donde haga falta van, sin rechistar, sin peros, sin quejas. Solo los resoplidos del esfuerzo del cuerpo cansado sobre el cogote del de delante denotan, ya a lo último de la procesión, que las fuerzas van agotándose y los hombros van estando ya adormecidos y agarrotados. Pero todo esto sería casi nada si frente a nosotros no tuviéramos alguien en quien mirarnos, una persona que nos lleve con el cariño, el respeto y la devoción que merece el hecho de vestir la túnica morada con la Cruz de Santiago. Y en esta ocasión fue un gran maestro: nuestro hermano Ángel Polo. Un galiche por los cuatro costados, al igual que su hermano Paco, que nos enseñó lo que necesitábamos saber sobre la carga: sufrimiento, aguante, obediencia, devoción y silencio. Y Cristo sobre nuestros hombros amoratados. Recuerdo perfectamente su figura, sus gafas con las que oteaba los aledaños del paso y nuestros pies, vigilando que las andas y la Imagen no rozasen en ninguna pared u obstáculo de las estrechas callejuelas por las que pasábamos, cuidando de que no tropezáramos en ningún sitio... y sus órdenes tan certeras. No nos permitía soltar el paso cuando bajaba a las horquillas... ¡qué hombre tan sabio, qué buen jefe de paso! Hoy, cuando me pongo frente a mi Señora de Misericordia la tarde del Domingo de Ramos, recuerdo cómo Ángel nos llevaba en el Calvario, y trato de aplicar sus enseñanzas y sus formas de hacer frente al Paso, aunque he de reconocer que con más desatinos que aciertos. Lo poco o mucho que sé lo aprendí de él y de su hermano Paco, mi amigo y admirado Paco, a quien el día del funeral de Ángel le brotaban las lágrimas por sus ojos expresivos y vivarachos, que ese día se vistieron de pena y melancolía. Cofrades -y hombres en general- como estos hay pocos; íntegros, serios, sabios, licenciados en la universidad del mundo y de la vida, amantes de lo bueno y de la honradez, de la sonrisa y de la amistad, baluartes del saber hacer frente al Paso y a los Hermanos de Carga, y que se retiran cuando el fotógrafo va a disparar porque son de los que piensan que el protagonismo han de tenerlo la Imagen Santísima que se procesiona y los Hermanos sufrientes que lo cargan. Siempre en nuestro recuerdo, Ángel, allá desde el cielo, vela para que sepamos ser tan buenos cofrades como tú lo fuiste, tan responsables en nuestras acciones y tan dignos de vestir la túnica del Nazareno como tú la llevabas, con humildad, pero también con dignidad, orgullo y honor.
David Remedios. Cofrade.

Homenaje a Ángel Polo "Galiche"