domingo, 13 de noviembre de 2011
La cofradía de Los Ramos muestra por primera vez su patrimonio
El templo de la Preciosa Sangre acoge desde ayer una exposición significativa del patrimonio cofrade, tanto por su valor artístico como por su trasfondo sentimental para muchos cacereños que han colaborado en hacerlo posible. La hermandad de los Ramos, fundada hace medio siglo pero heredera de imágenes y ornamentos centenarios, inauguró ayer la primera exposición con sus fondos y enseres. Organizada por María Jesús Herrero de Tejada, directora del Museo Pedrilla, y comisariada por David Remedios con motivo del 350 aniversario de la entronización del Cristo de la Buena Muerte, puede visitarse hasta el día 20.
La muestra permite ver como nunca antes el manto de la Virgen de la Esperanza, de seis metros, en terciopelo verde y bordado en oro de la mejor calidad por la Casa Palacios Arróñiz de Sevilla. Fue regalado por suscripción popular. No faltan las joyas de la imagen, obsequios de ciudadanos como la conocida mecenas Mercedes Calles, o sus coronas, incluida la de plata del siglo XVII. También pueden contemplarse las distintas secciones del paso: palio, candelería, peana o frontal del trono, obra cumbre del orfebre Manuel Román Seco.
La cofradía expone algunas imágenes muy representativas, como Jesús del Perdón (siglo XVII), una magnífica talla de la escuela salmantina, o San Juan Bautista (siglo XVII), patrón de la parroquia y de la cofradía. Especial curiosidad despiertan los documentos, desde la carta en la que el Rey acepta ser hermano honorario, hasta una homilía de José Luis Cotallo en los años 50, además de libros de actas y reglas, partituras dedicadas a la Virgen y fotografías que ilustran la evolución de la hermandad a través de seis décadas, entre ellas algunas inéditas y muy curiosas como el paso procesional El perdón de la Magdalena , del que nunca se ha sabido su destino.
No faltan otros elementos procesionales como las cantoneras o hachones de madera y plata del Cristo de la Buena Muerte, estandartes, insignias, dalmáticas, cruz guía del siglo XVII, heraldos y faroles del siglo XIX que se portaban a las casas de los enfermos.
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